Un paseo por la autonorte, bordeando la represa de Tominé Sesquilé, Guatavitá.
Como es debido, y requerido por las empresas, es necesario que uno trabaje uno que otro fin de semana para ver que las condiciones estén normales y todo pueda seguir su normal desarrollo. Pero cuando ya tienes planes con amigos y familiares, lo mejor es ver que ninguna de las actividades entorpezca el desarrollo de la otra, por ello he llegado a la conclusión de trabajar en la mañana y de pasar la tarde con mis amigos.
Para que se diera lo anterior, cuadramos desde el día sábado una salida a comer en alguno de los restaurantes de la zona, La Burger House en Sopó, lugar que me ha encantado por sus productos, por el sabor de las hamburguesas y carnes que allí se preparan y adicional a ello y aunque no parezca, es de las pocas hamburguesas que en mi vida he comido y que realmente saben a carne. Pero como todo no es como se piensa, le he mencionado a mis amigos (Catalina y Sául que muy cordialmento movieron la hora de salida y me recogieron cerda de la empresa) entonces nuestra travesía inicia a eso de las 2:30pm de la tarde.
Las condiciones eran perfectas, buen clima (milagro de la naturaleza), día de sol y sin lluvia, temperatura de unos 18°C, pocos vehículos en carretera, que más se puede pedir.
Ya en la autopista cerca del peaje de "El Roble" cerca del municipió de Sesquilé empezamos nuestro tour, ya que una de las cosas en la que hemos coincidido los 3, es que nos gusta el campo, la pradera, las zonas verdes y por ende los caminos que comunican las ciudades. Algunas personas lo hacen como escape a la rutina, otros en la búsqueda de nuevas emociones y parajes, otros como hobbie, pero nosotros realmente lo hacemos por gusto!!! y esta fue una de esas ocasiones donde simplemente se dieron las cosas.
La primera parada se dió en el municipio de Sesquilé, una ciudad pequeña, a poco más de 50Kms de Bogotá, una ciudad que ya la había mencionado cuando fuimos a la laguna de Guatavita, pero en la cual no pude verlo. Pero esta vez si tuve la oportunidad de poder apreciarlo.
Plaza de Sesquilé
Portal al cielo, leer en latín
Templo de Sesquilé, es de anotar que en esta zona, los templos se mantienen cerrados, y en muy pocas ocasiones hemos podido ver su interior, y en algunos casos como en Zipaquirá y Sopó donde son unos verdaderos museos.
Ya después de reconocer el parque, y algunas de las construcciones de la zona, continuamos con nuestro viaje y bordeamos el embalse de Tominé, uno de los embalses más grandes que he visto en Colombia, muy parecidos a Guatapé en Antioquia y a la Laguna de Tota en Boyacá.
Del embalse de Tominé, siempre me voy a llevar un grato recuerdo, debido a que según las personas con quien me he comunicado durante estos dos años, cuando se realizó el represamiento del agua para su construcción el frío de los municipios aledaños decreció, de ahí a que tanto mi hogar como mi lugar de trabajo estén siempre 1 ó 2 °C por debajo de lo que muestra el termometro de Google.
Ya una vez hemos llegado a la ciudad de Guatavita, la arquitectura nos atrae inmediatamente, además al descender se encuentran una serie de cafés y de restaurantes que de verdad, lo convierten en uno de los mejores destinos turísticos que he conocido en la vida, me he antojado de vivir una temporada allí.
Igualmente se puede encontrar un museo de arte indigena, y aquí a diferencia de Chía (Luna) todo está enfocado hacia el sol.

Una imagen de la virgen realizada con machetes al igual que el aeroplano.
Fuente del Sol
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